SOBRE EL ABUSO DE DENUNCIAS FALSAS POR MALOS TRATOS EN EL ÁMBITO FAMILIAR
Como
es conocido por todos, en los últimos años han aumentado
considerablemente las denuncias por violencia doméstica. La mayor parte
son promovidas por uno de los cónyuges contra el otro (generalmente la
mujer contra el varón) en situaciones de separación o divorcio
especialmente “tormentosos” o destructivos... Hay quien habla ya de una
verdadera “industria” de denuncias de malos tratos, abusos sexuales,
etc. encaminadas a inclinar la balanza a favor de uno de los dos
cónyuges litigantes, alejar a los menores del otro progenitor, etc. (La
Ex-Juez Decana de los Juzgados de Barcelona , María Sanahuja -en la
actualidad Magistrada de la Audiencia Provincial- ha llamado la
atención sobre este particular en múltiples ocasiones, con el
consiguiente revuelo en el ámbito judicial y las protestas de
determinados grupos feministas; luego han sido muchos los jueces y
fiscales que se han manifestado en los mismos términos)
¿Cómo
hacer para que quienes realmente están necesitados sean tenidos en
cuenta y cómo evitar que la proliferación de denuncias falsas conduzca
al descrédito de cualquiera de ellas, como ya está pasando
desgraciadamente?
De
la violencia intrafamiliar se ha hablado siempre, pero era un secreto
casi total hasta hace bien poco, es mas todavía sigue siendo tabú.
Siempre se ha considerado que las diversas formas de violencia
existentes en la familia eran algo tolerable y hasta cierto punto una
cuestión “normal”, e incluso “educativa” o necesaria. Siempre se ha
justificado de un modo u otro, y si acaso cuando se ha hablado de ello
era para decir que “los trapos sucios mejor lavarlos en casa”
El
derecho de toda persona (menores, adultos, ancianos, padres, madres,
hijos, hijas, abuelos, etc.) a que su integridad sea respetada, a que
no se le violente de ningún modo, a que su persona sea vista como tal y
no como propiedad de otro, son avances que las leyes han ido
introduciendo en la Sociedad, con sus facetas pedagógica y
ejemplarizante. Avances que se complementan con sanciones para quienes
transgreden las conductas comúnmente aceptables. Estas sanciones suelen
ser desde la prohibición de acercamiento del maltratador a su víctima,
hasta la supresión de la patria potestad cuando se trata de padre-hijo,
o madre-hijo. También hay lugares donde se determina el envío de los
afectados a servicios terapéuticos o rehabilitadores de toda o parte de
la familia...
El
asunto del que venimos hablando se ha instalado entre nosotros en
apenas los últimos quince años, no mucho más, como resultado del
discurso repetitivo, y de forma “machacona”, por parte de determinadas
organizaciones feministas radicales. Según el punto de vista de estos
grupos feministas, la violencia intrafamiliar forma parte de un abuso y
maltrato más amplio que tiene origen en la sociedad y familias
actuales, que ellas denominan “patriarcales”, que permiten que el
“pater-familia” siga manteniendo una posición hegemónica y también que
use el poder en beneficio propio y en detrimento de la mujer...
Este
esquema explicativo tiene una gran cantidad de verdad, pero aunque haya
supuesto un gran paso el sacar la cuestión del terreno privado y
pasarlo al ámbito de los derechos humanos, no deja de ser una visión
discutible y también sesgada. Además, y esto es
lo más preocupante a la vez que peligroso, es el único esquema
explicativo que se ha instalado entre nosotros, convirtiéndose en el
único posible (aquello del pensamiento único) y por supuesto excluyente
de cualquier otro.
La
práctica de esta versión, llamémosla “canónica”, ha reportado grandes
beneficios a quienes se declaran sus fervientes seguidores: da lugar a
congresos, simposios, publicaciones, ”planes periódicos de
discriminación positiva”, subvenciones, estudios, encuestas,
“observatorios”, viajes al extranjero, prestigio, y por supuesto:
dinero, grandes cantidades de dinero... ¡Ah! Y mucha gente lucrándose a
costa del dolor y de las miserias ajenos.
Aparte de los anteriores beneficios, también la versión “canónica” ha traído otros como:
-
La denuncia de una mujer o de un menor por malos tratos o abusos
siempre es veraz. Según “los expertos” ninguna mujer ni ningún niño
miente en estos casos. Y quien piense lo contrario es que se está
dejando llevar por vicios o estereotipos machistas y patriarcales. Es
mas, no creer a la mujer o al menor es “revictimizarlos”
Cuesta
creer que gente seria e instruida pueda manifestar semejantes
insensateces. Pero lo peor de todo es que muchísima gente, temerosa de
la versión oficial, “canónica”, lo han acabado creyendo o diciendo que
lo creen.
-
Es evidente que las mujeres y los niños también mienten, sin embargo,
casi sin excepción sus denuncias suelen ser consideradas veraces por
los “expertos” que trabajan en este ámbito. ¡Realmente esperpéntico, a
la vez que ridículo!
-
Hay otra cuestión que habitualmente se olvida en este contexto: “el
síndrome de alienación parental”, pero no es por ignorancia por lo que
no se tiene en cuenta, pues bastantes estudios hay sobre ello, se
“olvida” porque no concuerda con la versión “canónica”. Existen
estudios de sobra respecto de cómo padres y “profesionales” influyen de
forma sutil en los menores (consciente o inconscientemente, de todo
hay) para propiciar diversas formas de “parentectomía” con el otro
progenitor, para de este modo apartarlo de sus hijos. El SAP
(Parental Alienation Syndrome) es un trastorno que se suele dar en
contenciosos por la custodia de los hijos. Es el resultado del “lavado
de cerebro” efectuado por parte de uno de los progenitores y de la
contribución del niño a las calumnias hacia el otro progenitor. El
progenitor que se queda con la custodia agrede de este modo al otro
progenitor utilizando al hijo, hablándole mal de él y
descalificándolo... Como resultado final el hijo acaba “creyéndose” y
repitiendo lo que éste quiere para obtener su aprobación. El Síndrome
de Alienación Parental es una forma de abuso y mal trato a los menores
que suele derivar en denuncias falsas contra el padre no custodio...
-
Los niños tienen verdadero pánico a ser abandonados, este temor se
acrecienta frente a un padre “alienador” que manipula a su hijo
provocando que el menor se vea en la tesitura de elegir entre ambos,
para lo cual descalifica al progenitor ausente. En tales situaciones,
lo corriente es que los menores imiten al padre alienador para no
disgustarlo o para evitar sentir miedo a ser abandonado...
-
Igualmente existen estudios demostrativos de que tanto en el caso de
una mujer como en el de un menor, cuando han sido inducidos a denunciar
falsamente algún tipo de violencia, esto suele derivar en un
“convencimiento” que luego es muy difícil de contrarrestar o del que
resulta especialmente complicado dar marcha atrás por parte de quien ha
sido aleccionado...
Es
relativamente frecuente que los jueces, atemorizados por la perspectiva
“canónica” y el enorme poder de sus acólitos dicten de forma
especialmente precipitada (en algunos juzgados se llega a conceder el
cien por cien de las peticiones de órdenes de alejamiento para
supuestos esposos maltratadores) medidas
cautelares impidiendo al supuesto padre abusador o matratador el
contacto con su hijo o hija. A riesgo, claro está, de que
posteriormente se descubra que el alejamiento era injusto y que éste
era el propósito de la madre denunciante. Ocurre, desgraciadamente, que
meses o años de incomunicación desembocan en rupturas de los lazos
entre padres e hijos o alejamientos de por vida... La parentectomía está servida:
- Por lo general al padre no se le suele escuchar nunca. Los “expertos” ya lo han condenado anticipadamente.
-
Las sentencias nunca son enmendables, la versión “canónica” sostiene
que los maltratadores nunca confiesan culpa alguna, y que cuando lo
hacen y muestran arrepentimiento siempre mienten... Si confiesa es un maltratador, si no también, pues está mintiendo...
-
Si el padre tiene “mala fama” en otros ámbitos de su vida cotidiana
(trabajo, ocio, familia de origen, etc.) ello corrobora la denuncia. Y
si no también, pues la versión canónica dice que los maltratadores
suelen ser “buenos ciudadanos y aparentemente gente corriente”...
Se están contradiciendo principios básicos del derecho civil y penal, se está conculcando el derecho constitucional a la presunción
de inocencia, se está denegando a un alto porcentaje de la población el
derecho a un juicio justo. Hay que sospechar, o algo más que sospechar,
que hay demasiados inocentes presos, hijos huérfanos, etc. debido a
esta “ideología”. Las secuelas de lo que hasta ahora he venido llamando
versión canónica son tan destructivas como para que, afortunadamente se
estén levantando voces de personas suficientemente lúcidas y
experimentadas pidiendo sensatez y cordura en este ámbito, de manera
que no se legisle de forma chapucera y precipitada como se ha acabado
haciendo con Ley gubernamental contra la violencia de "género", y que
por el contrario se aborden todas las formas de violencia
intrafamiliar: de hombre a mujer, de mujer a hombre, de padres a hijos,
de hijos a padres, e incluso de nietos a abuelos... Esto sería posible
si se deja a un lado la instrumentalización política y el
exhibicionismo actuales...
Gran
cantidad de denuncias por malos tratos (de toda clase) “curiosamente”
salen frecuentemente de algunos despachos de abogados y abogadas muy
relacionados con la Asociación de Mujeres Juristas Themis y otros
grupos de “mujeres progresistas”, así como de las Casas de la Mujer o
similares, todas ellas dirigidas por "asociaciones feministas
subvencionadas y políticamente correctas"...
También
es interesante destacar que prestigiosos profesionales, tales como
Ignacio Bolaños (psicólogo forense del Tribunal Superior de Justicia de
Madrid), Mari Paz Ruiz Tejedor (Psicóloga de la Clínica Médico-forense
de Madrid), Eugenio Garrido (Catedrático de Psicología Social de la
Universidad de Salamanca) y otros han confirmado que las denuncias
falsas de abusos a menores en casos de separación y divorcio oscilan
entre el 35% y el 75% dependiendo de los diferentes estudios
realizados...
Otra
cuestión importante es el resultado de multitud de estudios que
demuestran que el maltrato infligido a los menores es ejercido en un
sesenta por ciento de los casos por mujeres y en el cuarenta por ciento
por varones...
Carlos Caldito Presidente del Partido Político <CUSTODIA COMPARTIDA, PADRES Y MADRES EN IGUALDAD> ccpmi |