

Un
niño necesita el afecto y los cuidados de su padre y de su madre por
igual para crecer saludablemente. Precisa sentirse atendido y querido
por sus dos padres para ser feliz.
Tras la ruptura de la pareja, una interpretación
prejuiciada de la mejorable Ley de Divorcio española, la inercia judicial
y una práctica pericial psicológica poco rigurosa levantan un muro
de incomunicación entre los hijos y uno de sus dos padres.
Todos los días cientos y cientos de
niños españoles son separados, como algo normal, de uno de sus progenitores
por decisiones judiciales rutinarias. En el mejor de los casos veran
al padre marginado por el divorcio, en una situación artificial, cuatro
veces al mes y la mitad, de no todas, las vacaciones escolares.
Incluso este paupérrimo contacto puede
verse amenazado cuando el progenitor custodio decide obstruirlo. Esta
situación es muy frecuente ya que no acarrea consecuencias serias para
quien así priva a los hijos de un derecho fundamental como es la
relación con el otro padre.
La pareja, el matrimonio pueden romperse,
pero la familia sigue existiendo.
Fracasada la pareja como un lugar relacional
donde poder convivir y crecer padres e hijos, jueces y psicólogos
oficiales confunden irreflexivamente matrimonio con familia. Con
la rutinaria asignación de custodias monoparentales destruyen la familia
al debilitar los vínculos entre los hijos y el padre no custodio.
Separados sus progenitores el sistema
obliga a los hijos a divorciarse de uno de sus dos padres al propiciar
y favorecer institucionalmente la destrucción de la relación
que anteriormente mantenían con él.
Las primeras víctimas, de esta dañina
manera de resolver los conflictos del matrimonio y de la pareja son
los hijos. El sistema los deja, injustificadamente, semi-huérfanos
al condenarlos a la incomunicación con uno de sus progenitores, habitualmente
el padre varón.
Las consecuencias para los hijos de
perder el contacto con uno de sus dos padres son devastadoras. Rigurosas
investigaciones demuestran que su normal desarrollo psicológico y su
ajuste social quedan gravemente amenazados.
Esta web pretende ofrecerte recursos
para defender los derechos de tus hijos, y los tuyos como padre,
frente a un sistema despiadado que ha asumido como normal la destrucción
de tu relación con ellos.
Aspiramos a que también sea una plataforma
para la difusión de conceptos como la CUSTODIA COMPARTIDA,
un foro donde denunciar la grave agresión contra los niños que supone
la ALIENACIÓN PARENTAL, un estímulo para la solución
igualitaria y civilizada de los conflictos familiares y un esfuerzo
más -bien sabemos que modesto- para demoler el vergonzoso muro
que la ignorancia, la irresponsabilidad y el egoísmo han levantado entre
miles y miles de padres e hijos.
Parafraseando lo que hace algún tiempo
se cantaba: "...si tú lo empujas un poco por allá, y yo lo
empujo un poco de acá, el muro caerá". No lo dudes: entre
todos vamos a derribar este muro. Sus cimientos están bien podridos.